Por lo menos y en lo que nos atañe (poemas inéditos de Ángela Melim).

Ángela Melim

En Argentina encontré

a mi viejo yo

tan divertido como un nuevo amor.

Con gracia me dijo que los aires

son de verdad buenos en la capital.

Con su bufanda azul me guiñó un ojo.

Basta de pobreza, la intelectual también disfruta

envolverse

en una buena sábana de algodón

y un malbec! 

A pesar que vivimos tiempos dolorosos

de lucha de clases en América Latina,

frívola y grave,

de tacón alto y labial

me dice:

el lugar a que accedemos a través de las palabras

es extraño a ellas

apenas las conoce.

Pero no hay otro acceso.

(Esa pelusa

rosa

del pasto

que ablanda al iris.

El lazo

de cinta de organdí

de la nube

que envuelve la cima.)

¡Tantos recuerdos!

En un fuerte abrazo

nos fundimos.

………………………….

Na Argentina encontrei

meu velho eu

tão jovial qual um novo amor.

Com graça me falou que os aires

são mesmo buenos na capital.

De cachecol azul me piscou um olho só.

Chega de pobreza, intelectual também gosta

que se enrosca

de um bom lençol de algodão

de um malbec!

Apesar de vivermos momentos lancinantes

da luta de classes na América Latina,

fútil e grave

de sapato alto e batom

me diz:

o lugar a que chegamos através das palavras

é estranho a elas

sequer as conhece.

Mas não há outro acesso.

(Essa pelúcia

rosa

do capim

que amacia a íris.

O laço

de fita de organdi

da nuvem

envolvendo o pico.)

Saudades de você!

E num abraço apertado

nos fundimos.

Por lo menos y en lo que nos atañe (en un bello día de lluvia por la subida de Santa Teresa)

me siento contenta con esa montaña

esponjada de cenizas

con sus copas oscuras de agua sólida en forma de hojas

los cables eléctricos

las cajas de los transformadores eléctricos

los invasivos edificios

agresivos

en cuya humedad habitan

familias

˗hombres y mujeres

asmáticos, neuróticos

niños con ojeras

y la nariz acatarrada

ancianos de toses secas˗

lo acepto

por inevitables.

Raza depredadora

de todas las cadenas alimenticias

y de todos los lazos.

Mientras la nube blanca baja apasionada

y agarra

ya la piedra

la ladera  intocada

los primeros bloques blancos de las moradas humanas

˗¡y cómo planea el buitre entre la bruma!˗

conjuro

a la inteligencia de la especie

˗la parte de la naturaleza que se refleja˗

responsable hasta aquí 

por la sobrevivencia

a imponerse

sobre los egoístas

del Lucro

y preservar el futuro

para Todos:

Belleza y Vida

……………………….

Pelo menos no que depender de nós (num belo dia de chuva na subida de Santa Tereza)

Eu me contento com esta montanha

esfiapada de cinzas

com suas copas escuras de água sólida no formato de folhas

os cabos elétricos

as caixas de transmissão de energia

os invasivos edifícios

agressivos

em que habitam na umidade

as famílias

– homens e mulheres

asmáticos, neuróticos

crianças com olheiras

e nariz escorrendo

velhos da tosse seca –

aceito

por inevitáveis.

Raça de predadores

de todas as cadeias alimentares

e todos os laços.

Enquanto a nuvem branca desce apaixonada

e toma

já a pedra

a encosta intocada

os primeiros blocos brancos de moradas humanas

– e como plana um urubu na bruma! –

conjuro

a inteligência da espécie

– a parte da natureza que se reflete –

responsável pela sobrevivência

até aqui

a se sobrepor aos egoístas

do Lucro

e preservar para Todos

o futuro:

Beleza e Vida.

.

Los buenos poemas son

prosa abrupta

y cortante.

Inmediatamente se comprende

la furia

o la calma imperturbable

que hay en ellos.

En el estrépito está 

el juego de las palabras˗

choque y balanceo de vagones enganchados.

Detrás de los vidrios se deslizan los paisajes

que la multitud apretada no avista: 

devastaciones ritmadas tan sonámbulas

como aceleradas.

Nada es difícil en el aire acondicionado

pero la prisa horizontal del raíl

urge

y dentro de ella

nadie cede el asiento a las mujeres

ni a los ancianos.

………………………….

Os bons poemas são

prosa abrupta

cortante.

Imediatamente se entende

a fúria

ou a calma imperturbável

deles.

No estrépito está

o jogo das palavras –

choque e sacolejo de vagões engatados.

Atrás dos vidros deslizam as paisagens

que a turba comprimida não avista:

devastações ritmadas tão sonâmbulas

quanto aceleradas.

Nada é difícil no ar condicionado

mas uma pressa horizontal de trilho

urge

e dentro dela

ninguém cede o assento a mulheres

nem velhos.

………………………………..

Los buenos poemas son

los últimos.

Lo que todavía se tiene fuerza de buscar.

De allí donde se llegó

˗el fin del mar˗

avanzar

entre el brillo

o el fondo

sin marearse.

…………………..

Os bons poemas são

os últimos.

O que ainda se tem força de buscar.

Dali onde se chegou

– o fim do mar –

avançar

no brilho

ou fundo

sem marear.

*

*

Traducción del poeta ecuatoriano Galo Torres

Angela Melim nació en Porto Alegre, en el sur de Brasil en 1952. Vive en Río de Janeiro donde trabajó como intérprete, traductora y redactora. Publico los libros de poesía El vidrio el nombre, De tripas corazón, Vale el escrito, Los caminos del Conocer, Poemas y Más día menos día, además del ensayo sobre el poeta Leonardo Fróes. Recibió premios por Todavía ayer (crónicas) y El personaje (inéditos). Día más día menos, es una selección de su obra poética editada en Argentina con traducción de Teresa Arijón y Bárbara Belloc, editada por Pato de la Cara.

*

día mas día menos: entrevista a Angela Melim

Entrevista a Ángela Melim por Mario Nosotti (Revista ñ) https://www.clarin.com/revista-enie/literatura/angela-melim-cierta-velocidad-telegrafica_0_ggPOTqnA.html

Canciones que lleva el que viaja

sobre TRÁFICO / ESTIBA. Suma poética 1974-2016. Jorge Boccanera. (Hemisferio Derecho, 2020)

Con solo revisar velozmente las casi 600 páginas de la poesía reunida de Jorge Boccanera es posible descubrir los indicios de un vasto recorrido. En efecto, cada uno de los títulos que encabezan los once libros que componen esta Suma Poética está datado con el lugar de origen de su primera edición: Tacna, Lima, Perú; La Habana, Cuba; San José, Costa Rica; Buenos Aires; México; Madrid.

Esta curiosidad, que podría parecer aleatoria, se entronca directamente con lo que fogonea la poesía del autor: la experiencia del viaje, de los descubrimientos, las ciudades, el exilio, los encuentros y los desencuentros, lo extranjero como patria. “No canto porque sí, / yo busco un mundo otro. / Yo no enumero la cristalería, / quiero hacerla pedazos.” 

Nacido en 1952 en Ingeniero White, un puerto de ultramar y horizontes abiertos cercano a Bahía Blanca, lugar donde se inicia ese periplo que nunca olvidará la impronta del origen, Jorge Boccanera  – que hace unos meses recibió en el premio de Poesía José Lezama Lima, otorgado por la Casa de las Américas en Cuba- partió rumbo al exilió en México, previo peregrinaje por  Perú, Ecuador y otras ciudades, después del golpe militar de 1976. Dedicándose al trabajo periodístico y paralelamente a la poesía, publicó su primer libro, Los espantapájaros suicidas en 1974, y  fue amigo de Ernesto Cardenal, Cortázar y Roberto Bolaño entre tantos otros escritores que vivieron esa especie de diáspora latinoamericana.

“La niña abre un baúl y una mano le hecha tierra / en los ojos. / Ella dice: ¡Qué hermoso paisaje!”. Como ese polvo mágico que la Sordomuda (personaje símbolo del libro homónimo de 1991) le echa en cara al lector, la poesía es para Boccanera esa transacción desmesurada “que te muestra la lengua por solo una moneda. / La lengua está vacía. / La moneda tiene que ser de oro”.

Imágenes veloces, contundentes, de una oblicua raigambre surrealista, pero donde se entraman resonancias de distintas vertientes: desde la intimidad histórica de un Juan Gelman hasta la antipoesía de un Nicanor Parra, sino fuese porque lo que en verdad importa es la amalgama singular que esta obra construye.

La memoria es una gran cantera de donde sale todo: partes de guerra, arengas, un hambre de futuro, un ansia histórica que hoy nos puede sonar distante; pero a la vez postales melancólicas, poemas de preguntas y silencio, amores pasajeros, erotismo.  

Una sed de nombrar y de ver, una avidez de comunicar, empujan la pulsión cosmopolita donde a veces aparece el deseo de huir (de la ciudad, la rutina, del sí mismo) como necesidad de encarnar ese sujeto múltiple, hecho con la experiencia del camino y la orfandad.

Por medio de una respiración tan precisa como musical, la voz de estos poemas asume su lugar de enunciación sin ocultarse, con vigorosidad. La mujer –una mujer que ya no existe- es uno de los tópicos que recorre la obra, y que de libro a libro va mutando, una mujer plausible de cantarse, de celebrarse, de objetivarse como territorio. Y también el reflejo de las luchas históricas, de pueblos y culturas marginadas, como la de los afroamericanos en el libro Contraseña (1976) que están hoy  más vigentes que nunca.

Tráfico/Estiba, cierra con el anexo titulado “La poesía es un mal necesario”, con poemas  de Boccanera que fueron musicalizados por Alejandro del Prado, Litto Nebbia, Raúl Carnota y Silvio Rodríguez, entre otros.

Mario Nosotti (Revista Ñ 24/10/20)

NOTA: Tráfico / Estiba reúne los libros de Jorge Boccanera publicados desde 1973 hasta 2016 editados en doce países latinoamericanos y en Francia, España e Italia. Sus títulos: Los espantapájaros suicidas, Noticias de una mujer cualquiera, Contraseña, Música de fagot y piernas de Victoria, Poemas del tamaño de una naranja, Los ojos del pájaro quemado, Polvo para morder, Sordomuda, Bestias en un hotel de paso, Palma Real y Monólogo del necio. Además del apartado La poesía es un mal necesario, selección de textos trabajados como canción.

Frases como trenes

Francisco Garamona

sobre Para siempre, Francisco Garamona (Iván Rosado,2020)

Algo del canto que va engarzando las palabras, del día que despierta o de la noche que parece interminable, algo de eso hay en la poesía de Francisco Garamona; una corriente leve, que no nos pide nada más que recostarnos, o sentarnos en una silla blanda a escuchar, a ver pasar las frases como trenes, y los nombres, a veces uno solo un verso, como vagones de un convoy infantil que se interna en ciudades, paisajes de amistad o desolación, en tiempos casi siempre idos que por la evocación, la memoria afectiva, se vuelven tan reales y presentes como el día, ese que siempre vuelve, siempre promete, y muchas veces decepciona pero igual recomienza. 

Una empatía amable que cada tanto saca su navaja, muestra su oscuridad, como esas nubes gruesas que interceptan al sol y por unos segundos ensombrecen el cielo. De pronto vemos la trama de una felicidad construida, una pequeña escena como un set de filmación, pero no nos importa, porque en esa película una voz nos imanta, nos lleva de la mano, nos hace ver tropiezos, exabruptos, como toscos carteles de un bello panorama, como pozos en la cinta ligera del asfalto, es decir, que todo se amalgama en el camino, todo es parte del viaje, y todo es bienvenido.

Como ese pasajero que destruye el andén, y las puertas, y la boletería y los sanitarios de la estación de tren que siempre usa, y luego va a su casa, se sienta en una silla y llora, Francisco Garamona suele dar marcha atrás cuando está circulando por la amplia y veloz autopista del lirismo; su auto choca, pega en el guarda rail, se incendia, y sin embargo, como tocado por un dios protector sigue su marcha.

Sus poemas son un cruce entre el cuento de hadas y la correría punk, en donde lo plebeyo y lo aristócrata son estados momentáneos, alternancias del ánima; pero siempre hay un aire de ensueño, de misterio, de urgente veladura un poquito barroca, lezamiana, “Ceniza del cigarro / que forma al caer / una colina diminuta, plateada, / que va cubriendo con su humo / todas las viejas fantasías”.

Poesía que se hace sin ideas, una detrás de otra –gloso versos del libro- pequeñas fantasías funerarias que pueden renacer en tropos palpitantes  “….me mostraste / tu corazón herido / como un gallo bebé / que sostenías en el pecho.” Todo fluye o se rompe en un agua de promesa, que ya se está cumpliendo, como una noche en que la luna está muy cerca de la tierra, como el momento en el que los amigos beben.

Con más de cuarenta libros publicados en pequeñas editoriales de diversas latitudes, la obra de Francisco Garamona es por ímpetu propio refractara a cualquier intención de Obra Completa. “La poesía es mala. / Mala, mala, mala; /le pega a sus hijos, / abandona a sus amantes, / traiciona a sus amigos /buscando el ideal.”

Cual fantasmas de sábanas gastadas y casi transparentes, que se rasgan de pronto exhibiendo un diamante desnudo, los poemas de Para siempre agregan otro inciso ese  tapiz creciente que componen los libros del autor, lo impulsan en su juego de oficio e inocencia, como el ángel  que en un poema cuida y acompaña a una chica que crece: “Aunque hoy cuando guardaste / un tampón en el bolsillo / de tu campera de jean negra y te reíste, él también se rió, / sin entender nada /porque sabe que no estás menstruando”.

Mario Nosotti

Revista Ñ (9/10/2020)