Geografía de la fábula

Miguel Ángel Federik

sobre Geografía de la fábula. Obra poética. Miguel Ángel Federik

(EDUNER, 2021)

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Se publica la poesía de Miguel Ángel Federik, poeta y ensayista casi secreto  de Villaguay cuya obra se hallaba dispersa y en su mayor parte inédita.

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Miguel Ángel Federik nació en 1951 en Villaguay, su madre fue maestra en la colonia judía de Villa Clara, una  primera infancia de la que “solo recuerdo los chasquidos del idish, el italiano musical de mis abuelos, el castellano bárbaro y rural de una infancia con palmeras y caballos”.  Ajeno a los centros de legitimación poética, en la estela de sus grandes maestros, Carlos Mastronardi, Juan L. Ortiz y Francisco Madariaga, su poesía modela ese mundo de infancia “con sonidos guaraníes que se pronuncian como desde el fondo de la tierra, con cantos de pájaros”,  inscribiendo la fábula íntima sobre la geografía real. El río Gualeguay, los montes y cuchillas, la fauna de los  palmerales, colonos y criollos que cruzan sus oficios y sus mundos.

A principios de los años setenta, Federik  fue parte de la bohemia de artistas santafesinos que reunió a un significativo grupo de artistas plásticos (Artemio Alisio, sin ir más lejos, cuyas tintas ilustran el presente volumen) poetas y compositores populares. Meses antes del golpe de estado del 76 se vio obligado a volver a Villaguay en una especie de exilio interior que duró casi una década. Instalado definitivamente en su ciudad ejerció la abogacía, se casó, tuvo a sus hijos, reanudando de a poco su labor de escritor. Viajó largamente por diversos países de Europa y de Latinoamérica,  “viajes reales” que dejaron sus marcas en varios poemas.

“Tuve una Lettera 22 y soy un hombre común que vive entre gatos, pájaros y libros – cuenta en la reveladora semblanza autobiográfica – O mejor  dicho: entre más pájaros que ahora vienen a vivir en la ciudad porque están siendo devastados sus reinos naturales.”

Siguiendo una cronología inversa, esta hermosa edición de la Universidad de Entre Ríos (EDUNER) al cuidado de Sergio Delgado -autor del detallado y novelesco prólogo-,  se abre con Geografía de la fábula, conformado entre otros materiales por el libro inédito Elegía con caballos (escrito hacia 2017) y libros y plaquetas publicados o que se encontraban listos para su publicación, entre los que se encuentran, Niña del desierto y otros poemas (2010), Imaginario de Santa Ana (2004), De cuerpo impar (2001), Una liturgia para Némesis (1994), Fuegos de bien amar (1986), Los sepulcros vencidos (1974) y La estatura de la sed (1971), en una agrupación compuesta en buena  parte de material inédito.

Versos articulados con precisión de orfebre, que hilvanan pedrerías, iluminaciones más o menos barrocas, más o menos herméticas. Lenguaje del deslumbre de un paisaje que se hace cantando, un paisaje de luz pero también de sombras, de casas y caballos, de personaje reales y fantásticos, territorio vivido del que surgen no postales o cuadros sino asombros, vislumbres, superficies móviles. “Nado en la burbuja de las lenguas / con la insolencia de mis ignorancias bifrontes: / de este lado lo ya dicho, del otro lo innombrable”.

Federik maneja una vasta cultura (histórica, social, antropológica), y es esa erudición la que puebla su poesía de nombres, personajes y referencias de diversa índole, en poemas que manejan a veces un alto nivel simbólico sin dejar (y en este delicado equilibrio está uno de sus logros) de ser plenamente sensitivos,  abiertos, capaces de transmitir los ecos de una materialidad tan vivenciada como construida, que es también la elegía a un tiempo ido y una naturaleza devastada.

“Hablo del monte de él, de un cielo oculto entre follajes. / Hablo de las genéticas del silencio sonoro, / de la frontera en la que el ojo es cuerpo sin lenguaje / y el oído un valle de cordajes de músicas calladas.”

Mario Nosotti (Revista Ñ/30.10,2021)