Cuando la muerte sorprendió a Fassbinder

poemas de Carina Sedevich

To my brother Leo

Hermano, cómo pasan los días. Le contabas por teléfono
acerca del calor aquí en el sur a tu amigo de New York.
El sol, seis minutos más tarde que la mañana en que llegaste,
asoma y quema. Cuando la muerte sorprendió a Fassbinder, lo hizo
dentro de su casa. Pero su hogar fueron sus películas. Creía
que rodar sobre un tema absoluto, sin final, era la única
manera decente de vivir. El sol saldrá mañana siete
minutos más tarde. En el lugar en que estés habrá un refugio.

Kárhozat o La condena

El hombre conoce el filo del cuchillo que le raspa la cara
por el sonido espeso y gris. Cae la lluvia sobre el bar
y la mujer que canta dentro tiene el pelo húmedo.
Cada película del húngaro es una caja de música.
Los diálogos son innecesarios, pero en un momento
alguien dice: “todas las historias son de desintegración”.
El protagonista vacía la copa de un trago y yo me ahogo.

*

David Carradine

Según Tarantino, la cámara fue hecha para mostrar a
la gente matándose y besándose. Hay mañanas en que estoy
para siempre entrando con un hombre en un hotel.
—La hierba del invierno cruje a nuestros pies y desde fogatas
invisibles sube el humo que perfuma el aire.—

15 de mayo

La mañana de ese día estuvimos en New Plymouth,
seis horas hacia el oeste, junto al mar de Tasmania.
El cielo era casi blanco sobre el Fitzroy Park.
Nos paramos en un puente para ver nadar los patos
y compramos sándwiches y sidras a unos franceses.
Para la foto nos sentamos en el pasto gris.
La botella en mi mano se ordena con el horizonte.
Detrás de nosotros conversan dos viejos y unos
mirtos oscuros parecen inclinarse para siempre.

*

12 de mayo

En Wellington entramos a todas las tiendas
del Salvation Army sobre la calle Cuba.
Me probé un saco largo de cuero rojizo
y pensé que podría dejarlo colgando
detrás de la puerta de una casa alquilada
en una película de Aki Kaurismäki.

Mi vecino está desnudo y come, al otro lado
del patio, en su cocina. Es alto y joven.
Llega el perfume de la manteca blanda
sobre la miga de la tostada tibia.
Mientras la piedra de los astros muta,
como el lecho de un río se deslava la noche.

*

*

Carina Sedevich nació en Santa Fe de la Vera Cruz en 1972 y vive desde su infancia en Villa María, Córdoba, Argentina. Es autora de los libros La violencia de los nombres, Nosotros No, Cosas dentro de otra cosa, Como segando un cariño oscuro, Incombustible, Escribió Dickinson, Klimt, Gibraltar, Un cardo ruso, Cuadernos de Lolog, Lavar a la madre, Los budas y otros poemas, Lejanas bengalas estallan, Flor cineraria, Grandes metales oscilantes crujen, y Cuando la muerte sorprendió a Fassbinder (2020) con dibujos de María Alicia Favot, del que se tomaron lo poemas presentados. Su obra ha sido editada en diversos países de Europa y Latinoamérica y traducida al portugués, al inglés, al italiano, al mallorquín y al polaco. Dirige desde 2018 la revista de arte, ciencia y cultura Ardea, de la Universidad Nacional de Villa María. Es profesora de yoga y meditación.